Cómo diseñar tu propia estrategia hacia la sostenibilidad y las herramientas gratuitas que te ayudan.
La mayoría de los CEOS del mundo tienen ya hoy entre su top tres de prioridades transformar su modelo de negocio hacia una empresa más sostenible. Bien porque lo piden cada día más los consumidores o porque realmente están convencidos de que la sostenibilidad es necesaria para el futuro del planeta, en pocos años se ha dado un salto de gigante y se ha pasado de tener unos planes arrinconados en un departamento de RSC –cuando los había–, a entroncar todo el concepto de sostenibilidad en la propia estructura de la empresa.
Y curiosamente las que han entendido mejor esa necesidad de poner el asunto como parte de su estrategia empresarial (Patagonia, Ben & Jerry´s, The Body Shop, Ikea…) son empresas que se han convertido en las marcas más diferenciadas e innovadoras de su sector. En líderes del mercado, imponiendo una nueva forma de hacer las cosas. “Cada vez es más evidente que ser sostenible compensa a medio plazo la inversión realizada en el corto.
Y cada vez hay más casos de éxito de empresas que están triunfando con modelos de negocio muy ligados a la innovación y la sostenibilidad. Más que un coste, como piensan algunas empresas, es una gran oportunidad”, apunta Sandra Pina, fundadora de Quiero y directora de Sustainable Brands Madrid.
Diseñar una estrategia
El problema al que se enfrentan quienes quieren hacer su empresa más sostenible es que no saben por donde tirar a la hora de adoptar un enfoque verde. “Como hay tantas áreas, cuesta trabajo saber donde poner el foco. Aquí la clave es entender que la sostenibilidad y el negocio son dos conceptos inseparables. La idea es ver cómo aporto valor a mi negocio desde la sostenibilidad. Esa reflexión estratégica es fundamental”, comenta Max Oliva, cofundador de Impact Hub.
En definitiva, todo empieza por un buen análisis del negocio y de su impacto en la sociedad y el planeta mismo. Porque ser una empresa más sostenible ya no se limita a ser respetuoso con el medio ambiente, sino que abarca aspectos mucho más amplios. “Cuando hablamos de sostenibilidad no nos referimos exclusivamente a medioambiente, sino también a la parte social, al buen gobierno… Todos los elementos de un negocio. Y para hacer esa transformación estratégica, hay que redefinir modelos de negocio, integrar métricas que permitan luego hacer un seguimiento operativo de las estrategias…”, comenta Pablo Sánchez, sociofundador de Roots for Sustainability.
“Hay que analizar la sostenibilidad desde el triple impacto que tú como organización tienes en el mundo: el económico, el social y el medio ambiental. Como empresa no eres una isla. Estás conectada con los diferentes grupos de interés, con quienes te relacionas. Y tu actividad tiene un impacto directo o indirecto sobre ellos, los skateholders: tus clientes o consumidores; los trabajadores; si eres una compañía cotizada, tus accionistas; los proveedores con quienes contrato; cómo es mi cadena de valor, hasta donde llega… incluso la sociedad en general. Al final se trata de cómo tú haces tu negocio, cómo vendes lo que vendes, produces lo que produces y cómo te estás relacionando con tus diferentes grupos de interés. Y, sobre todo, cómo estás incorporando esas expectativas de los diferentes grupos de interés en tu día a día”, apunta Isabel López, socia fundadora de Canvas Estrategias Sostenibles.
En este amplio concepto de la sostenibilidad coinciden todos los que se dedican a asesorar a las empresas para iniciar este viaje. Aunque la forma de hacerlo puede ser muy variada. Y tiene su lógica: ¿cómo se va a medir igual el impacto de una petrolera o de una química que el de un gran retail o el de un pequeño comercio? Cada consultora especializada tiene una metodología propia que les permite personalizar la hoja de ruta a seguir por cada cliente, aunque hay algunas como la que emplea el movimiento BCORP, que siempre se cita por consenso.
El sello BCORP
BCORP es un movimiento de personas a nivel mundial que han decidido utilizar la fuerza de empresas grandes, medianas y pequeñas para crear un impacto positivo. Para ello, han ideado una herramienta –a la que se accede de forma gratuita por su web– que ayuda a medir ese impacto de cada empresa aspirante a entrar en su organización, algo que muy pocas consiguen. “Las empresas que llegan a ser BCORP tienen que conseguir un mínimo de 80 puntos en esa evaluación, además de cambiar sus estatutos. Lo que hacemos es un análisis 360 grados de cuánto B, de buena, es realmente la empresa. Y es bastante complicado. Más de 4.000 empresas en España han empezado el camino y sólo lo han conseguido 89. Muchos han intentado ser BCORP y muy pocos han llegado a serlo. En el mundo lo han intentado unas 100.000 compañías y lo han conseguido 3.500”, explica Daniel Truran, Ambassador de BCORP y director general en ebbf.
“Es un concepto avanzado de la sostenibilidad, porque BCORP está replanteando el modelo de empresa, la función social de la empresa en la sociedad. Con un marco muy específico permite a los directivos de la compañía tomar decisiones que tengan en cuenta ese triple impacto: económico, social y ambiental. Les dota de ese poder porque modificamos los estatutos sociales de la compañía y hacemos que los directivos de esa empresa deban responder realmente, deban hacer una rendición de cuentas de ese triple impacto”, comenta Pablo Sánchez, que es también director general de la Fundación BCORP.
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
Son otro buen indicador para valorar el impacto de una empresa y existe también una herramienta para hacerlo. “Se llama SDG Action Manager, una herramienta de medición gratuita desarrollada por Naciones Unidas para apoyar la gestión interna y la medición de la contribución de las empresas a los ODS para quien quiera tener esos objetivos como medición estratégica”, explica Pablo Sánchez.
“Los Objetivos establecidos por la ONU en la Agenda 2030, una agenda global de sostenibilidad que establece 17 objetivos de impacto sostenible, que debemos intentar entre todos. Lo interesante es que es una narrativa común. Por eso, muchas compañías de diferentes sectores están trabajando en esta línea, porque permite tener una narrativa común y global con diferentes actores. Y es la primera vez que se conjugan intereses de gobierno, de empresas, y de instituciones públicas”, comenta Isabel López. Y añade: “En temas de ODS las compañías lo han abordado intentando identificar de esos 17 cuáles son los que realmente ellos con su propio negocio impactan. Un ejemplo, el ODS de diversidad marina, bueno pues si eres una compañía de seguros y no tienes impacto en el mar no tiene mucho sentido que trabajes ese ODS. Pero si eres una compañía náutica, lógicamente la diversidad marina te afecta”.
Contabilidad social para una empresa más sostenible
Otra herramienta para dar un paso más allá es la contabilidad sostenible. Traducir el impacto a términos monetarios. “Se mide con una herramienta de contabilidad social ideada por la red Global Economic Country, una red liderada por varias universidades en España. La contabilidad social informa sobre el valor social que genera la empresa para el conjunto de la sociedad, para los grupos de interés, pero en términos monetarios. Vamos a recoger todos aquellos intangibles, todos aquellos valores no reflejados en libros contables, pero que tienen valor de mercado. Y a través de una metodología de consulta con grupos de interés, de monetización de indicadores, le permitimos a la empresa desarrollar un marco de información y de contabilidad social. Ya hemos trabajado con más de cien empresas a nivel de GEA Country de integración de este modelo de contabilidad social”, explica Pablo Sánchez.
Fuente: Emprendedores