Cinco recomendaciones para entender el alcance de los prestamos informales

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La crisis económica motivada por la pandemia, incentivó la adopción de créditos por fuera de la banca tradicional, como un modelo que, aunque llevaba varias décadas con una fuerte presencia en la región, se extendió aceleradamente. Trust Corporate, consultora experta en temas financieros, legales y contables, analiza este fenómeno y expone sus principales características.      

En lo que va corrido del año, los préstamos informales, conocidos también como ‘gota a gota’ o ‘paga a diario’, en los que se ofrece un modelo de acceso a créditos aumentaron un 39% en Latinoamérica, según un informe publicado por la Universidad Central, de Colombia.

Para James Hernández, presidente y cofundador de Trust Corporate, “cuando una persona solicita algún tipo de subsidio es porque tiene una necesidad económica que cubrir. Ante la dificultad para acceder a la banca tradicional, las personas buscan alternativas por fuera de esta estructura, sin embargo, contraer préstamos informales sin entender en su totalidad su funcionamiento y condiciones, suele traer grandes consecuencias”.

Trust Corporate recomienda que antes de contraer este tipo deudas, se tengan en cuenta las siguientes características: 

La Ley no regula: aunque este tipo de financiamiento no es auditado por algún organismo o ente, expresamente no está prohibido. Esta debilidad ha obligado a que los gobiernos acudan a relacionarlo con la usura, debido a los altos intereses que cobran para penalizar su actividad. Al ser una operación informal, las autoridades tienen grandes retos para impedir y sancionar la oferta. 

Acceso inmediato: gran parte del éxito de este modelo, y lo que lo hace tan atractivo para las personas, es que no se realiza un estudio previo de su comportamiento financiero o de su capacidad de pago. Los prestamistas informales prometen que en el mismo momento en que se solicita el crédito, se recibe la ayuda económica.  

Pequeños montos: otra de sus particularidades es que los créditos son otorgados, en su gran mayoría, por créditos menores a $ 300 dólares. Ante la necesidad y la urgencia, las personas suelen suponer que su deuda será posible de pagar.

Tasas elevadas: su formato establece intereses diarios, semanales, quincenales y mensuales, dependiendo de las condiciones y plazos del préstamo. Esto hace que una persona al final termine pagando hasta un 600% más en el valor, de lo que podrían haber asumido en una institución financiera tradicional.  

Cobranza impositiva: en caso de impago o de retraso de una cuota, los prestamistas acuden a medios extorsivos que van desde llevarse los bienes muebles del deudor, el cobro a familiares e incluso en algunas situaciones las agresiones físicas.

“La complejidad en los requisitos, procesos burocráticos y garantías de pago son parte de los procesos que restringen el acceso de las personas a los créditos que ofrecen las instituciones financieras tradicionales en la actualidad. Así, las fintech emergen como una alternativa para contrarrestar el evidente crecimiento de los préstamos informales, los cuales traen grandes consecuencias para los deudores”, concluye Hernández.

Según ha informado el Banco Mundial, aproximadamente el 60% de la población de Latinoamérica no está bancarizada, por lo que las fintech tienen la capacidad de llegar a un sector de la población que tradicionalmente ha estado excluida, ofreciendo alternativas digitales a las personas y una capacidad de respuesta en menos de 24 horas. Este modelo está siendo una alternativa eficiente y ha ganado protagonismo en materia de préstamos personales y microcréditos.

Fuente: revista gestión

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